Las adicciones y su tratamiento psicológico.
No es fácil escribir un texto sobre las adicciones y que sea completo y no muy largo. En todo caso, con la experiencia que tengo con el tratamiento de adicciones en Málaga, donde tengo mi consulta, creo que podré hacerlo.
Te doy la bienvenida a esta entrada de blog. Te agradezco tu curiosidad para conocer algo más acerca qué son las adicciones y cómo detectarlas. Es importante conocer las adicciones puesto que la prevención es algo de lo que se habla en este artículo, pero también se habla de factores que determinan la existencia de una o varias adicciones en una persona, y esto puede ayudarte a detectar si alguien que conoces puede sufrir alguna. De este modo, es más sencillo ayudar a superar una adicción o detectarla a tiempo.
Qué es una adicción.
La gran pregunta y más habitual que nos hacemos cuando hablamos de este tema es qué es una adicción. Puede que te sorprenda, o no, pero el concepto de adicción es difuso y cada persona puede tener una idea más o menos clara de lo que es. Especialmente, las personas que sufren una adicción tienen poco claro qué es, al menos en primeras fases.
Una adicción es un trastorno de la conducta caracterizado por la incapacidad o alta dificultad para regular o eliminar el consumo de alguna sustancia o actividad debido a su alta capacidad para generar un enganche al producir elevados niveles de placer en el cerebro. Estos niveles de placer vienen determinados por una sustancia natural que libera el cerebro, un neurotransmisor llamado dopamina, responsable de generar sensación de placer a nivel cerebral. Existe una estructura en el cerebro llamada núcleo acumbens, encargada de liberar dopamina ante la estimulación debida. Es decir, si se nos presenta un estímulo como sexo, recompensa por un videojuego, un halago, un sabor dulce como el del azúcar o una sustancia opiácea (marihuana, etanol, alcohol, etc.) el núcleo acumbens libera una gran cantidad de dopamina. Esto es interpretado por el cerebro como altamente estimulante, y procurará decirle al cuerpo que busque nuevamente ese estímulo porque ha sido placentero.
A su vez, la búsqueda incesante provoca una disfunción en la vida cotidiana de la persona, problemas en su día a día en distintas facetas de su vida debido a la búsqueda de la sustancia o estímulo, y reacciones de malestar o agresividad ante la abstinencia.
Especialmente, las personas que sufren una adicción tienen poco claro qué es, al menos en primeras fases.
Cómo detectar una adicción
Deberíamos diferenciar, en este caso, sobre cómo detectar la adicción en uno mismo y en los demás. puede resultar más sencillo detectarla en otras personas que en nosotros mismos ya que, si la adicción nos afecta a nosotros, tenemos más dificultad para reconocer nuestra necesidad. Como se suele decir, vemos la pajita en el otro ajeno, y no la viga en el mismo. Tan real como la vida misma.
Cómo detectar una adicción en uno mismo
Aquí es donde encontramos la mayor dificultad de todas, saber si somos nosotros mismos los que padecemos una adicción o enganche. La adicción cumple los mismos requisitos en nosotros mismos y en los demás, por lo que, ante todo, debemos tener claros cuáles son los síntomas comunes:
- Falta de capacidad para mantener la abstinencia.
- Falta de control de impulsos.
- Necesidad elevada de consumir sustancia o de exposición ante el estímulo deseado (craving).
- Incapacidad para reconocer la adicción y su dificultad de superación.
- Comportamiento disfuncional en distintos ámbitos de la vida de la persona (trabajo, familia, pareja, ocio).
Lo segundo que tenemos que hacer es hacer un trabajo de introspección, es decir, de análisis de estos puntos. ¿Nos cuesta no estar ante el estímulo? Sea alcohol, droga, sexo, videojuegos, móvil, entre otros. Si la respuesta es “No, no soy capaz” o “Me cuesta mucho”, no tiene por qué significar una adicción, pero debemos seguir respondiéndonos otras preguntas. Es muy posible que nos lleguemos a responder “Sí, lo puedo dejar cuando quiera”. Para saber si esto es verdad, solo tenemos que ponernos a prueba una semana. Es tiempo más que suficiente para saber si tenemos esa dificultad. Y claro, sería preferible no caer en el contraargumento de “Lo puedo dejar cuando quiera, no cuando tú quieras”.
Es una prueba sencilla que puedes superar si no tienes una adicción.
Si tenemos ese deseo incesante de consumir la sustancia o exponernos ante ese estímulo, tenemos un poco más de papeletas de poder considerarlo una adicción.
Si, en el caso de que se nos prohíba estar ante aquello que tanto nos preguntamos si nos genera una adicción, nos provoca sensación de malestar o ansiedad, e incluso agresividad, estamos bastante cerca.
Y, si también ocurre, nos llegan a decir amigos o familiares que tenemos una adicción, además de reunir los anteriores requisitos, podríamos estar más cerca de considerar como probable la adicción en nosotros mismos. Pero si así fuese el caso, te doy la enhorabuena, porque significaría que te has dado cuenta. Lo peor es tener una adicción y no darse cuenta, de manera que tomar conciencia te predispone más a superarla.
Cómo detectar una adicción en los demás
Como ya he comentado antes, detectar una adicción en uno mismo es lo más complicado. Más bien, lo complicado es asumir que se es adicto, aunque sea muy evidente para los demás. Por esta razón, como psicólogo de adicciones en Málaga que ha visto muchos casos, es más común que sea otra persona la que detecte que hay un problema.
En este caso, y habiendo introducido los síntomas y los mecanismos de detección en uno mismo, es más sencillo poder detectar una adicción en otras personas. Si las anteriores preguntas pueden responderse afirmativamente hacia otras personas, existen muchas posibildiades de que sea una adicción. Más aún cuando estas personas reaccionan a la defensiva y con argumentos de este estilo “esto no es una adicción, adicta es la persona que está peor que yo”. Por ejemplo, una persona que fuma cuando está nerviosa podría decir que no es una adicción, porque solamente fuma cuando está nerviosa. Sin embargo, lo cierto es que cuando la persona tiene ansiedad o está nerviosa, tiene seria dificultad en no acudir a una sustancia que le hace liberar dopamina en el núcleo acumbens, y por tanto, le genera sensación de placer y recompensa. Seguro que ahora lo vas viendo con otros ojos. Son conductas sutiles en ciertas ocasiones, como no ser capaz de salir sin el móvil de casa, y tener que paralizar la vida con tal de recuperarlo, aunque signifique llegar tarde al trabajo.
Como psicólogo de adicciones en Málaga que ha visto muchos casos, puedo decir que es frecuente que sea un amigo o familiar el que dé la voz de alarma.
Tipos de adicciones más comunes
Las adicciones más comunes son las adicciones al tabaco, alcohol, móvil, videojuegos, sexo, máquinas tragaperras, o drogas como marihuana o cocaína.
Hablaremos de algunas de las más comunes, pero de las que quizá sepas menos. A fin de cuentas, casi todos sabemos en qué consiste una adicción al tabaco o alcohol.
Adicción al Sexo.
El sexo es una necesidad básica del ser humano, y gracias a su alto poder placentero puede generar una sensación de insaciedad constante, de búsqueda de sensaciones nuevas y repetición de conductas sexuales, causando problemas en la pareja o con los amigos, o incluso la sociedad.
Adicción a los videojuegos.
Los videojuegos están pensados para generar sensación de placer. Ese sonido de recompensa, esos tesoros que se consiguen, ese monstruo que acabamos por matar tras mucho esfuerzo. Se ofrece una realidad y capacidades que habitualmente no tenemos, podría costar desconectar de esta sensación.
Adicción al Móvil.
Los teléfonos inteligentes están integrados en nuestras vidas e integran nuestras vidas, siento esto especialmente peligroso. ¿Qué ocurre cuando el móvil condiciona nuestra vida y no al revés? Cuando dependemos de un pequeño ordenador para ordenar nuestra agenda, comunicarnos y ver el mundo exterior por una pantalla.
Tratamiento para las adicciones en Málaga
Llamo así a esta sección porque es como yo, que tengo consulta de psicología en Málaga, hago el tratamiento para superar las adicciones. Cada persona es un mundo y el tratamiento no es igual en todas, por eso hablo desde mi experiencia.
La cuestión más compleja es el tratamiento para las adicciones. Lo cierto es que, conceptualmente, no es difícil entender cómo se produce y cómo se debe resolver una adicción.
El cerebro tarda en deshabituarse de una adicción con el tiempo, pero mientras desaparece el estímulo que la causa (tabaco, alcohol, móvil, sexo), se sufre el conocido Síndrome de Abstinencia. Esto significa que la persona que deja de consumir su sustancia muestra reacciones de agresividad e inestabilidad emocional, llevándolo a buscar, en ocasiones desesperadamente, la sustancia o estímulo que le resultaba placentero puesto que nada le resulta ni mínimamente satisfactorio, en comparación.
Cada adicción tiene su función. A veces la adicción al alcohol cumple la función de no pensar en los problemas que atormentan a una persona, y no consumir alcohol significa tener que sufrir por unos pensamientos que no sabe la persona cómo eliminarlos. Sería ahí cuando aparecería el síndrome de abstinencia.
Lo importante es tener paciencia con uno mismo y con la persona que padece este trastorno de la conducta, entender que cumple una función su adicción y que debe de resistir la tentación. Hasta aquí es fácil de decir, pero en la práctica significa que la persona deberá tener un acompañamiento moral por parte de la familia y amigos, evitándose el estímulo. De nada sirve ayudar con el tabaco si luego sus amigos o familiares fuman delante de él o ella (al menos hasta no tener superada la adicción). Esto se conoce como control estimular.
Desde luego, en muchos casos, la ayuda profesional y acompañamiento psicológico se hace imprescindible tanto para la persona que la padece como para su entorno cercano, para entender la mejor manera de ayudarle.
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