Cuando hablamos de problemas de depresión queremos decir en realidad problemas de estado de ánimo decaído, tristeza, poca ilusión o falta de interés por hacer las cosas.
Nada de esto implica necesariamente tener depresión. De hecho, los diagnósticos de depresión necesitan cumplir una serie de requisitos, recogidos en los manuales de diagnósticos CIE-11 o DMS-5. Conocer sus síntomas nos puede ayudar mucho para saber cómo superar la depresión.
Síntomas de la depresión
La depresión es un trastorno de la conducta que implica tener un estado de ánimo bajo y/o falta de interés y capacidad en disfrutar las actividades placenteras.
Además de esto, estos síntomas de la depresión vienen acompañando por algunos de estos otros:
- Pérdida o ganancia de peso.
- Alteración del sueño
- Pensamiento enlentecido
- Dificultad para pensar
- Movimientos más lentos.
- Dificultad para concentrarse
- Fatiga o pérdida de energía.
Todo esto interfiere en el funcionamiento cotidiano. En estos casos, los síntomas no deben explicarse mejor por un duelo o por uso de medicamentos o condición médica.
En el caso de los niños, la depresión se manifiesta como irritabilidad, ya que no son capaces aún de elaborar emociones complejas. Los niños con depresión suelen mostrar alteración en la conducta, enfado, rabietas, y agresividad.
Los adolescentes son capaces de mostrar los síntomas de la depresión de manera similar a la de los adultos.
Cómo saber si tienes depresión
Es fácil darse cuenta de los momentos en los que nos encontramos más bajos de ánimo, pero no es tan fácil diagnosticar una depresión. De hecho, existe un sobrediagnóstico de la depresión cuando se trata de síntomas asociados a otras patologías o dificultades de la persona.
La mejor manera para darnos cuenta es tomar conciencia acerca de cómo nos sentimos últimamente, aproximadamente en las últimas dos semanas. Tenemos que saber si nos encontramos de manera general tristes, o si llevamos una racha con falta de interés por las cosas que antes nos gustaban.
Desde luego, la mejor manera para averiguar si tienes depresión es acudir a un profesional de la salud mental que pueda realizar una evaluación y diagnóstico, pero aún más importante, plantear soluciones para conseguir una recuperación rápida. Por lo tanto, si quieres saber cómo superar la depresión, pide ayuda a un psicólogo.
Uno de los mayores problemas en la psicología clínica es poder solucionar rápido problemas de depresión (o de cualquier índole) que llevaban presentes en la persona varios meses o años. Obviamente, la mejor manera de solucionar problemas psicológicos es tratarlos cuanto antes mejor. Los tratamientos preventivos son los más eficaces porque resuelven los problemas en menos tiempo y con mayor tasa de éxito.
Detectar la depresión es una tarea relativamente sencilla, pero excesivamente normalizada.
La depresión no solo consiste en estar triste, sino también en no disfrutar del placer como antes.
Tipos de depresión
Existen distintos tipos de depresión recogidos en los manuales de diagnósticos. Cuando estos síntomas se mantienen a lo largo de un tiempo, habitualmente dos semanas o más, se suele hablar de un Trastorno Depresivo Mayor, por contraposición al Episodio Depresivo Mayor, cuya duración es inferior a dos semanas, o lo que anteriormente se conocía como Trastorno Depresivo Menor, llamado ahora Duelo puesto, que es una reacción natural ante una pérdida y bastante común en todas las personas.
En ocasiones estos síntomas de depresión suelen darse de manera recurrente, de manera más o menos estable en el tiempo, y de manera algo más suave, dando lugar a lo que se conoce como una Distimia. En pocas palabras, es un trastorno similar al Trastorno Depresivo Mayor, pero dándose de manera menos intensa y más sostenida durante mucho tiempo en una persona.
Existen distintas formas de enmascararse y presentarse este tipo de depresión, pero lo cierto es que la tristeza o el bajo estado de ánimo suelen darse en la mayoría de los problemas o dificultades que experimenta la persona. Es común encontrarnos estos síntomas en el curso de otros trastornos mentales, o como consecuencias esperables de dificultades cotidianas. A veces, ni siquiera la persona es consciente de que se encuentra triste, o no tiene por qué experimentar tristeza, sino que la dificultad en el disfrute de las actividades placenteras ya es un buen indicador de que la persona se encuentra desregulada y con una dificultad palpable para poder llevar una vida funcional, o una vida que realmente desee.
Diferencia entre depresión y ansiedad
En muchas ocasiones me encuentro que el problema no es saber cómo superar la depresión, si no cómo diferenciarla de otros problemas bastante generales entre las personas.
Existen síntomas comunes entre la depresión y ansiedad, que suelen traducirse en el bloqueo o sensación de la persona de impotencia ante las dificultades que se le presentan. Si te planteas cuáles son las diferencias entre la depresión y la ansiedad, podríamos hablar de que, fundamentalmente, la depresión consiste en un agotamiento y fatiga por no ser capaz de lidiar con problemas que abruman a la persona, mientras que la ansiedad es una sensación de peligro y alerta que mantiene en tensión constante a la persona. La ansiedad se manifiesta en forma de sensaciones físicas de malestar, nudo en el estómago, aumento de tasa cardíaca, pensamientos intrusivos y dificultad para poder respirar de manera tranquila.
Si quieres conocer algo más acerca de la ansiedad puedes leer este otro artículo de mi blog: Cómo combatir la ansiedad
Causas de la depresión
Las causas de la depresión más comunes son aquellos episodios que han podido generar experiencia desagradable en la persona y que haya interpretado como irresoluble. La sensación de impotencia ante las dificultades del día a día son causas suficientes para poder generar una depresión a medio plazo. Existe la creencia generalizada de que la depresión se origina por sucesos traumáticos como la muerte de un ser querido (ya hemos visto que esto es un Duelo en realidad), un despido o una ruptura de pareja. Sin embargo, si te preguntas de dónde viene la depresión en estos casos, la respuesta suele ser la siguiente: de la acumulación de situaciones desbordantes a las que nos cuesta hacer frente. Además, la depresión nos genera sensación de inseguridad. De esta manera, se instalan las ideas de que el mundo es un lugar inseguro, poco se puede esperar del futuro, y no podemos hacer nada para remediarlo. Afortunadamente, estas ideas que suelen aparecer son irracionales y tienen solución.
Cómo superar la depresión
He aquí el eje de este artículo. Esta es la gran pregunta. Cómo superar una depresión.
Los tratamientos para la depresión más comunes con evidencia científica hablan generalmente de la reestructuración de las ideas que sostienen el malestar de la persona. A modo de ejemplo, la creencia de que llorar está mal visto, o que siempre le sucederán desgracias a las personas buenas es una idea irracional que inmoviliza a la persona.
Por otro lado, tratar los síntomas asociados a la ansiedad son muy importantes ya que pueden obstaculizar el enfrentamiento al día a día.
Para superar la depresión, es fundamental trabajar en la activación, puesto que la depresión nos empuja a quedarnos en el sitio en el que estamos, inmóviles, y a hundirnos cada vez más.
Una de las peores partes de la depresión es el hecho de que la persona puede sentirse más cómoda desde donde está que actuando para estar mejor. Por lo tanto, tener una rutina, realizar hobbies o deporte son partes importantísimas en la recuperación de una persona que sufre de tristeza o falta de interés por hacer las cosas (conocido también como anhedonia).
El apoyo de los familiares y los amigos también es una pieza clave en la recuperación de la persona, pero esto no es algo con lo que siempre se pueda contar. De hecho, en la recuperación de la depresión es más importante el factor de las acciones propias que las del apoyo real o percibido. Y esto es más alentador todavía, ya que, si del apoyo dependiese la recuperación total de una persona, podríamos encontrarnos con ciertos casos donde la recuperación fuese imposible, y se ha demostrado que esto no es así, afortunadamente. El éxito de la terapia depende de la implicación de la persona que padece depresión, y en menor medida del profesional que te ayude.
También existen protocolos específicos para curar la depresión, siendo estos novedosos y de eficacia comprobada para el tratamiento de los síntomas. Desde este enfoque, se tiende a buscar la raíz o raíces de la depresión, desensibilizando los recuerdos asociados a ésta y facilitando la movilización de la persona al verse más desbloqueada de su dolor.
La depresión y la ansiedad causan malestar, pero son diferentes. Y una puede llevar a la otra.
Cómo ayudar a una persona con depresión
Lo más importante para ayudar a una persona que tiene depresión es ser comprensivos con su dificultad. Una persona con depresión quiere superarla, o al menos una parte de ella quiere.
Es justo esa parte la que hay que potenciar, aquella que busca la recuperación y superación del problema. En definitiva, debemos potenciar a la parte de la persona que busca cómo superar la depresión.
La comprensión tiene lugar en esos momentos en los que se producen bajones, caídas o recaídas, puesto que serán esos momentos en los que la persona puede negarse a salir de su problema o experimentar sensación de angustia y ausencia de deseo por la vida.
Entender que la depresión sufre altibajos y que es un proceso que en ocasiones puede ser largo, es imperativo. Una persona que sufre depresión necesita poder contar con los brazos y el oído de sus redes de apoyo, como amigos, pareja y familia.
Desde luego, los que intentan ayudar, tienen que saber de sus límites para ofrecer su ayuda. La permanencia 24 horas con una persona que sufre depresión puede ayudar mucho pero también puede desgastar, y por tanto hay que saber dosificar nuestras energías en la ayuda, para que pueda ser eficaz y no terminar frustrados con ellos.
La comprensión y la paciencia de las redes de apoyo, cuando se dan estas redes, son las piezas clave que determinarán que una persona pueda salir con mayor facilidad de una depresión.
La depresión no solo consiste en estar triste, sino también en no disfrutar del placer como antes.