Trastornos alimenticios

victor santiago Torrente

Por Victor Santiago Torrente

Soy Psicólogo con nº de colegiado AO11695
Mi formación me permite ejercer como psicólogo y psicólogo sanitario. Especialista en Terapia EMDR, Terapia sexual, psicólogo infantil y psicólogo para adultos, entre otras especialidades.
Índice de contenidos

Qué son los trastornos alimenticios

Los trastornos de la conducta alimentaria, o los trastornos alimenticios, son un conjunto de trastornos muy comunes, por desgracia, hoy día entre la población joven, especialmente la femenina. Un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA en adelante) es una manifestación de ansiedad como síntoma visible.

En otras palabras, sin limitar el sentido de un TCA a una manifestación de ansiedad transformada en dejar de comer o comer en exceso dándose un atracón, son manifestaciones de la ansiedad que se padece.

Como siempre recomiendo, deberías acudir a un profesional si crees que puedes sufrir algún tipo de trastorno alimenticio o si crees que algún conocido tuyo lo padece.

Víctor Santiago Torrente - Doctoralia.es

Tipos de trastornos alimenticios

Podríamos resumir los TCA en tres: anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y trastorno por atracón. Actualmente estos son los principales diagnósticos, pero existen otros como el TCA no especificado, vigorexia y ortorexia. 

La anorexia nerviosa

La anorexia nerviosa es uno de los trastornos alimenticios caracterizado por el miedo intenso a engordar, y resulta más fácilmente de detectar que los otros debido al bajísimo IMC al que llegan las personas que lo padecen, habitualmente mujeres, y habitualmente jóvenes también. Se trata de un trastorno que refleja un miedo inmenso a ganar peso y lleva a la restricción de ingestas. Cuando una persona que padece anorexia nerviosa se en la situación de comer evita a toda costa comer, cuenta cada caloría, procura esconder la comida, camuflan a veces su miedo a ciertos alimentos bajo un falso veganismo o vegetarianismo con tal de evitar carnes o grasas animales, o incluso llegan a purgarse. No todas las personas con bulimia llegan a purgarse, o lo que es lo mismo, eliminar la comida de su interior, sino que algunas se limitan a la restricción de comida. La pura suele hacerse mediante vómitos, pero también mediante laxantes.

En ocasiones podemos encontrar personas con anorexia que realizan atracones debido al hambre que pasan durante largos períodos de tiempo, lo cual los lleva finalmente a una purga de la comida mediante vómitos o laxantes, o incluso mediante el deporte excesivo. No es infrecuente encontrarnos con conductas sutiles de deporte como permanecer de pie o hacer movimientos repetitivos. Resultaría increíble pensar que estos pequeños movimientos repetitivos se realizan con la intención de seguir quemando calorías hasta en la posición más pasiva en la que puedan encontrarse.

La anorexia nerviosa es un trastorno alimenticio mental que entraña un peligro muy grave para la salud física, pues la reducción de ingesta calórica puede llevar a problemas como la desnutrición, pérdida severa de masa muscular, crecimiento de vello corporal para suplir la función de ofrecer calor en ausencia de la grasa, desaparición de la menstruación, infertilidad, y en caso extremo (que no por ello improbable si no se trata a tiempo), la muerte de la persona.

La bulimia nerviosa

Por otro lado, nos encontramos con la bulimia nerviosa, un TCA consistente en la elevada ingesta calórica a través de atracones en momento de ansiedad y/o tristeza elevada motivadas por varios motivos, lo cual lleva a una sensación de culpabilidad que vive de forma muy intensa la persona que lo padece, llevándola a realizar conductas compensatorias como realizar mucho deporte o purgarse.

Es cierto que en la anorexia nerviosa puede aparecer el atracón, pero este es motivado por el hambre. En la bulimia los atracones son manifestaciones de ansiedad, y llevan a la sensación de falta de control sobre uno mismo, sensación de fracaso y extrema culpabilidad.

El trastorno por atracón

En este sentido, el trastorno por atracón podría considerarse un trastorno alimenticio similar a la bulimia, pero sin existir conductas compensatorias, aunque sí existiendo el problema de culpabilidad y del aumento del IMC peligrosamente, con todos los riesgos que supone para la salud como la diabetes u obesidad mórbida.

También debemos tener en cuenta la Ortorexia, trastorno caracterizado por la obsesión por la alimentación saludable, en pensar una dieta basada en alimentos ecológicos, bio, o huyendo de cualquier comida que pudiera ser transgénica. La obsesión lleva a la persona a rechazar cualquier comida que no reúna unos requisitos (en ocasiones excesivos) de salubridad y aporte nutricional necesario para satisfacer a la persona.

En consecuencia, se produce un deterioro social de la persona y, en ocasiones, también a nivel nutritivo, al rechazar el amplio abanico de alimentos diarios que se ingieren en la dieta normal, además de la dificultad para encontrar dichos alimentos, sea por convención social (comida con amigos, por ejemplo), o por su coste económico (si no se lo pueden permitir, prefieren no comer).

Por último, hablaremos de la Vigorexia, de todos los trastornos alimenticios este se caracteriza por la obsesión sobre el cuerpo. Al contrario que con la Anorexia, el miedo no está focalizado en engordar sino en obtener un cuerpo musculoso y definido, de manera que se percibe la imagen del propio cuerpo siempre de manera insatisfactoria. Esto lleva a la persona a nutrirse en exceso y utilizar complementos para el ejercicio que pueden perjudicar su organismo, además de sobreentrenar para obtener resultados que sigan siendo insatisfactorios.

Tratamiento de los trastornos alimenticios

Una vez hemos hecho este repaso sobre la ansiedad podemos reconducir esta charla al tema nuclear: los TCA. Los estresores nos pueden llevar a múltiples conductas como la evitación y llevamos a cabo conductas que nos hagan sentir mejor. Esto pudiera ser algo más adaptativo en casos como, por ejemplo, ansiedad por exceso de trabajo. La evitación a la que nos lleva un caso como este sería algo tan simple como darse un respiro, levantarse de la mesa y tomar un poco de agua, o incluso hablar con alguien puntualmente. Esta evitación ha llevado consigo una serie de conductas que nos ayuda a manejar la ansiedad y poder afrontar posteriormente la situación estresora.

Así pues, en los TCA, habitualmente este exceso de ansiedad se manifiesta con la evitación de la comida o por los atracones. Y es que los TCA son trastornos muchísimo más complejos que la mera limitación a trastornos derivados de la ansiedad, pues subyacen muchos factores que explican estas conductas de evitación de la comida, y que en ocasiones, llevan a ingerir excesivas cantidades de comida, con su correspondiente sentimiento de culpa.

La primera pauta para el tratamiento de los trastornos de conducta alimentaria, como Anorexia o Bulimia, es contener el síntoma. El síntoma es la expresión utilizada para explicar la relación con la comida. El síntoma puede ser restringir o comer en exceso. Por tanto, contener el síntoma significa poder comer de forma normal, en cuanto a cantidades, tiempos, calorías, número de ingestas, etc. 

Por otro lado, controlar aquellos estímulos que van a perjudicar a la persona, que pudiera ser a veces verse en el espejo, utilizar ropa ajustada o muy holgada, cinturones con agujeros para medir el contorno, o limitar la información acerca del problema (recetas hipocalóricas, ejercicios para eliminar grasa rápidamente, los 10 consejos que debes seguir para tener un cuerpo de escándalo…). 

Como se dijo anteriormente en esta entrada de blog, hay que tratar el conjunto de problemas (habitualmente de naturaleza traumática) que están por debajo del síntoma visible (la comida), y es que en muchas ocasiones tiene que ver con la sensación de pérdida o falta de control en la vida, autoestima, o componentes traumáticos más severos. La terapia EMDR también es muy utilizada y recomendada para tratar este componente en los casos de Anorexia o Bulimia.

Todas estas pautas de contención del síntoma, deben estar supervisadas siempre por un profesional, dado que son trastornos muy delicados, no basta con asumir ideas sencillas como “es solo fuerza de voluntad dejar de comer tanto” o “solo es comida, hay gente que se muere de hambre y tú ahí dejándolo todo en el plato”. 

La anorexia nerviosa es un trastorno mental que entraña un peligro muy grave para la salud física.

Diferencia entre Anorexia y Bulimia 

La Anorexia es un trastorno caracterizado principalmente por el miedo a engordar, a ganar peso. Es por ello que, una persona con bulimia, presentará un IMC por debajo del habitual (20-25), situándose a veces en IMC de 15 (Anorexia grave). La persona corre un riesgo para su salud, las conductas que lleva a cabo para evitar engordar son las siguientes:

  • Restricción de comida.
  • Vómitos
  • Laxantes
  • Esconder comida.
  • Exceso de ejercicio.
  • Caminatas largas.
  • Movimientos repetitivos sutiles para “quemar grasa”.
  • Contar las calorías de todo lo que ingiere.
  • Masticar despacio y un número elevado de veces.
  • Trocear en exceso la comida para saciarse rápido.
  • Beber mucha agua para diluir la comida.

La Bulimia se caracteriza por grandes ingestas de comida en un espacio corto de tiempo, seguido de actos compensatorios. En la Anorexia pueden darse también algunos atracones como consecuencia del hambre acumulada, pero sin perder de vista que el objetivo principal es perder peso a toda costa.

En la Bulimia el objetivo principal no es perder peso por un miedo intenso a engordar, sino que se producen los atracones como forma de calmar una ansiedad crítica, ansiedad explicada, generalmente, por una desestabilización emocional (componente traumático), que le lleva a ingerir una cantidad excesiva de alimentos. Perfectamente pudiera hablarse de una “merienda” compuesta por un litro de batido, una caja de galletas, un paquete de gofres, pan… Cantidades que pudieran superar por ingesta las 1000 Kcal. 

Los actos compensatorios, pudieran ser:

  • Purgación (vómitos, laxantes).
  • Ejercicio intenso. 
  • Autolesiones.
  • Caminatas largas.
  • Restricciones de comida el resto del día.
  • Manifestaciones de desánimo y tristeza (llanto, aislamiento, autocastigo).

Prevención de los Trastornos de Conducta Alimentaria

Muchas personas viven la comida desde una relación tóxica, como si se tratase de una pareja, y por ello se proponen pautas que sirvan para corregir estas conductas disfuncionales:

  • Salir a dar un paseo diario para tomar sol, que ayuda a la síntesis de la vitamina D y así reforzar el sistema inmune, que nos ayuda a controlar nuestro metabolismo al comer y a prevenirnos de enfermedades.
  • Realizar al menos media hora de deporte diaria, especialmente ejercicios de musculación adecuados al ritmo de entrenamiento y estado físico de cada persona, pues esto libera endorfinas (asociadas con la sensación de bienestar), aumenta la concentración de la hormona de crecimiento (para aumentar el volumen de músculos y huesos), de la adrenalina y noradrenalina (aumentando el nivel de glucosa en sangre y mejorando flujo sanguíneo), y vasopresina (controlando la sensación de orina y evitar la deshidratación absorbiendo el agua que consumimos). Recalcar que los ejercicios físicos deben limitarse o prohibirse en caso de personas que padezcan ya anorexia nerviosa.
  • Búsqueda de un hobby o actividad placentera que ayude a canalizar las emociones y nos distraigan de los problemas que no podemos resolver a través del análisis de los pensamientos constantemente.
  • Contacto telemático o físico (respetando las normas de seguridad) con personas que nos quieran y a quienes queramos, lo que nos ayuda a generar sensación de vínculo.
  • Aprender a pedir ayuda y atención cuando se necesita, pues a menudo creemos que las demás personas tienen demasiados problemas como para atender los nuestros, y así destruimos una red de ayuda imprescindible basándonos en creencias erróneas. Precisamente contar con las personas y pedirles ayuda es lo que forja buenos vínculos, y, aunque estas personas no puedan atendernos, ya está reforzando la confianza mutua en la disponibilidad que se tiene.
  • Práctica de ejercicios de respiración. Hoy en día hay muchos vídeos y podcasts sobre cómo entrenar la relajación a través de la respiración. Se puede recurrir a ejercicios de relajación mediante contracción y relajación muscular de Jacobson, o entrenamiento en relajación autógena de Schultzs.  El mindfulness también es una buena alternativa.
  • Elaborar una dieta consensuada con un dietista si nos hemos pasado con la ingesta o si no llegamos a la mínima.
  • Perdonarnos los fallos si la comida es algo que procuramos regular y no conseguimos con la frecuencia que nos gustaría.
  • Sobre todo y por encima de todo, buscar ayuda profesional en caso de estar desbordados con la situación, o si crees poder padecer alguno de estos trastornos alimenticios, o incluso si algún allegado como hijos o amigos o amigas pueden tener un problema similar. Siempre desde el cariño y la comprensión.

Desde que somos bebés, nuestras madres calman nuestro malestar dándonos comida. Usamos la comida para regularnos. La clave pasa por dejar de evitar.

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